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miércoles, 1 de diciembre de 2010

El Señor de los anillos: La comunidad del anillo



TÍTULO ORIGINAL The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring

AÑO 2001

PAÍS EE.UU.

DIRECTOR Peter Jackson

PRODUCCIÓN New Line Cinema / Wingnut Films

GUIÓN Frances Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson (Novela: J.R.R. Tolkien)

FOTOGRAFÍA Andrew Lesnie

MÚSICA Howard Shore

DURACIÓN 180 min.

INTÉRPRETES Elijah Wood, Ian McKellen, Liv Tyler, Viggo Mortensen, Sean Astin, Cate Blanchett, John Rhys-Davies, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, Christopher Lee, Hugo Weaving, Sean Bean, Ian Holm, Andy Serkis

SINOPSIS Con la ayuda de un grupo de amigos y de valientes aliados, Frodo Bolsón emprende un peligroso viaje con la misión de destruir el Anillo Único. Pero el Señor Oscuro Sauron, el creador del Anillo, envía a sus servidores para perseguir al grupo. Si Sauron lograra recuperar el Anillo, sería el final de la Tierra Media. Este inmortal relato sobre el bien y el mal, la amistad y el sacrificio te transportará a un mundo más allá de tu imaginación.

PREMIOS 4 Oscars 2001: Mejor Fotografía, BSO, Efectos Visuales, Maquillaje.
3 Premios BAFTA 2001: Mejor película, maquillaje, efectos visuales, premio David Lean
2 premios National Board of Review 2001: Diseño de producción, dirección artística

VALORACIÓN 9,5 (Clásicos imprescindibles)


El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.

1 comentario:

  1. La cabeza de J.R.R. Tolkien, de diámetro presumiblemente humano, contenía un universo entero, cuyos microorganismos más ínfimos debían tener -no lo duden ni por un instante- el árbol genealógico (imaginario) trazado sin margen de error. Si tal prodigio se hubiese quedado ahí, probablemente no hablaríamos del autor de "El Señor de los Anillos" con mayor respeto del que merecería alguien capaz de reproducir el cuadro de las lanzas en la cabeza de un alfiler: si el planeta Tolkien sigue vivo es porque se hizo palabra, porque cobró cuerpo a través de un estilo literario sensorial y poliforme, tan capaz de evocar el retumbar del trueno como el tenue silbido de la brisa. Del mismo modo, la titánica tarea de llevar al cine ese universo imaginario cerrado y poderoso, en una trilogía regida por la fidelidad al espíritu y a la letra, se podría haber quedado en pura machada neozelandesa si, detrás de ello, el estilazo de Peter Jackson no hubiese echado el resto para lograr trascenderlo todo en una experiencia absolutamente mesmérica: el autor de "Mal gusto" logra que sintamos, en la piel, el poder maléfico del Anillo o el restallar de un látigo de fuego. La buena -excelente- noticia es que no todo acaba ahí.
    Disfrutar de esta primera entrega de "El Señor de los Anillos" proporciona el aliciente adicional de comprobar cómo esta fantasía fuera del tiempo puede, a su modo mágico y lateral, seguir hablándonos en presente de indicativo: a fin de cuentas, todo el asunto va de sinuosas turbulencias colectivas, aires de apocalipsis y poderes malignos cuya mirada incluso atraviesa la carne. Espectáculo-mamut sin tacha aparente, "La Comunidad del Anillo" logra ser una película avasalladoramente física (nada hay en ella de aséptico videojuego, pese al gran tonelaje de magia digital), en la que los actores tienen espacio, poder y capacidad para construir sus personajes o bordar momentos inmortales -ahí están el duelo de magos o el sobrecogedor tramo final-. Habrá quien aduzca que, en esta ocasión, Jackson ejerce más de ilustrador que de creador: arrastrar a una ballena blanca como Tolkien de un medio a otro sin que nada huela a podrido (o a impostado) es tarea suficientemente heroica como para andarse con remilgos de este tipo. Tampoco es cuestión de pedirle a un alpinista que se invente la montaña.

    Para quienes saben que la fantasía heroica no es la bisutería de la épica.

    Lo mejor: el duelo de magos o la muerte de Boromir.
    Lo peor: que el casting haya prescindido de enanos.

    (Jordi Costa: Fotogramas)

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