TÍTULO ORIGINAL Road to Perdition
AÑO 2002
PAÍS EE.UU.
DIRECTOR Sam Mendes
PRODUCCIÓN DreamWorks Pictures / 20th Century Fox / The Zanuck Company
GUIÓN David Self (Cómic: Max Allan Collins y Richard Piers Rayner)
FOTOGRAFÍA Conrad L. Hall
MÚSICA Thomas Newman
DURACIÓN 119 min.
INTÉRPRETES Tom Hanks, Paul Newman, Jude Law, Jennifer Jason Leigh, Stanley Tucci, Tyler Hoechlin, Daniel Craig, Dylan Baker, Liam Aiken, Ciarán Hinds
SINOPSIS Él no debería haber estado allí. Pero en el momento en que el hijo de Michael Sullivan presencia un brutal asesinato, su vida y la de su padre quedan destrozadas sin remedio y sus destinos unidos para siempre. Perseguido ahora por la banda a la que ha dedicado su vida entera, Sullivan se encuentra sin un lugar al que poder dirigirse cun un sádico asesino persiguiéndoles implacablemente.
PREMIOS Oscar 2002: Mejor fotografía
2 premios BAFTA 2002: Mejor fotografía, diseño de producción
VALORACIÓN 8,75 (Grandes películas)
El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.
Paul Newman y Tom Hanks renuevan con un golpe de genio el viejo cine de gánsteres
ResponderEliminarCamino a la perdición está vertebrada de comienzo a fin por el relato, de intensa fuerza dramática y lírica, del descubrimiento por un niño de la verdadera identidad y el verdadero oficio -asesino a sueldo de un gang de Chicago en 1931- de su padre, un hombre lacónico, casi mudo, hermético y atrincherado detrás de una turbadora visión ascética de la vida. Tom Hanks hace una inquietante, oscura y vigorosa creación de este indescifrable sujeto. Dice Sam Mendes, que lo ha dirigido dejándole plena libertad de composición, que 'los grandes actores se miden por los grandes riesgos que son capaces de afrontar', y éste es un caso diáfano de esa irrefutable regla de oro.
Es un golpe de expresividad grave y muy complejo el que Tom Hanks consigue en Camino a la perdición. Y con una dificultad añadida a la propia dificultad del personaje: que durante media película tiene enfrente, dándole una sutil pero contundente réplica, a un Paul Newman perfecto, que nuevamente convierte su vejez en edad de la plenitud. Parece, y probablemente es, insuperable su concisión, su pasmosa economía gestual, esa su emocionante capacidad -sólo posible en actores que se han bañado en todos los ríos y han pasado por todas las pruebas, gente con la piel quemada por los focos y que ya no tienen nada que demostrarse a sí mismos- para convertir a la quietud y a la calma irónica en puñetazos de inteligencia entre los ojos, en silenciosas descargas de energía moral y artística.
Casi todo es imprevisible en esta singular y hermosa tragedia de la cara y la cruz del amor de dos padres, Hanks y Newman, a sus respectivos, y totalmente opuestos, hijos. A los misteriosos resortes de las creaciones de ambos eminentes intérpretes se añade un reparto de solvencia excepcional que es arrastrado por la composición, de brutales y magníficos perfiles guiñolescos, de Jude Law; y por el vuelo fugaz, callado y magnético de la maravillosa Jennifer Jason Leigh. Y todos ellos conjuntados y engarzados por la prodigiosa mano de Sam Mendes, que aporta a las raíces imperecederas de thriller poderosas imágenes inéditas, que permanecían agazapadas en las zonas más inaccesibles, crípticas y subterráneas del venerable e inagotable género negro.
(Ángel Fernández-Santos: El País)