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jueves, 30 de diciembre de 2010

21 gramos



TÍTULO ORIGINAL 21 Grams

AÑO 2003

PAÍS Estados Unidos

DIRECTOR Alejandro González Iñárritu

PRODUCCIÓN Focus Features

GUIÓN Guillermo Arriaga Jordán

FOTOGRAFÍA Rodrigo Prieto

MÚSICA Gustavo Santaolalla

DURACIÓN 125 min.

INTÉRPRETES Sean Penn, Benicio Del Toro, Naomi Watts, Charlotte Gainsbourg, Melissa Leo, Danny Huston, Clea DuVall, Chance Romero, Marc Musso

SINOPSIS Las vidas emocional y físicamente sobrecargadas de tres personas, un profesor universitario (Sean Penn), un antiguo presidiario (Benicio del Toro) y una joven madre con un pasado dominado por la temeridad (Naomi Watts), chocan inesperadamente en esta absorbente película de suspense. El destino los unió. Ahora, el ansia de desquite los elevará a la cumbre del amor, los hundirá en el abismo de la venganza y los conducirá a la promesa de la redención.

PREMIOS Venecia 2003: Premio del Público
National Board of Review 2003: Mejor actor (Sean Penn)

VALORACIÓN 8,75 (Grandes películas)


El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.

1 comentario:

  1. Si, en Rayuela, Julio Cortázar nos permitía elegir nuestra propia aventura convirtiendo la literatura en un rompecabezas interactivo, en 21 gramos, González Iñárritu rompe en mil pedazos las bases canónicas de la tragedia griega con el único fin de que recompongamos las piezas y encajen. Sin embargo, al contrario que en Rayuela, no se trata de jugar sino de obedecer, porque las normas establecidas por el director de Amores perros apuntan en una única dirección: entender qué significa el dolor. 21 gramos no es una película democrática. Es al menos tan determinista como el destino. Tal vez sin esa alambicada estructura narrativa, que rebobina y avanza en tiempo y espacio obligando a que el espectador se sitúe en medio de la nada y ande a tientas, 21 gramos perdería buena parte de su gigantesca, profunda eficacia emocional. Tal vez si no nos empujara a ese territorio vacío que es el de la pérdida sin más equipaje que el de nuestro desnudo sentimiento, la fatalidad que une las vidas de este trío de almas en pena nos parecería tan grotesca como el de un telefilm de sobremesa. Probablemente ahí reside la magia del asunto, en que la forma de contar una historia sea lo que la dignifique.
    Superados los primeros 20 minutos de metraje, durante los que 21 gramos se organiza alrededor del ojo de un huracán (como en Amores perros, un tremendo accidente de coche) que desconcierta en su agresiva y fragmentada furia, el espectador empieza a conocer a los protagonistas de este drama urbano, cruce bastardo del cine de Kieslowski y Peckinpah. No solo se nos da la oportunidad de ordenar las piezas sino de saber de qué vísceras están hechas, a lo que ayuda la interpretación a pecho descubierto de los espléndidos Sean Penn, Naomi Watts y Benicio Del Toro. Es posible que haya un exceso de desgarro y sordidez en esta historia de trasplantes de corazón y vidas pisoteadas, pero a quien consigue medir el peso del alma y regalárnoslo en carne viva no hay que pedirle cuentas. Sería tan estúpido como pensar que la vida es más bella de lo que queremos que sea.

    Para los que crean en la existencia del alma.

    Lo mejor: los actores.
    Lo peor: que a veces parezca que González Iñárritu disfrute torturando el destino de sus personajes.

    (Sergi Sánchez: Fotogramas)

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