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domingo, 12 de febrero de 2012

La mujer del cuadro



TÍTULO ORIGINAL The Woman in the Window

AÑO 1944

PAÍS Estados Unidos

DIRECTOR Fritz Lang

PRODUCTORA International Pictures. Distribuida por RKO

GUIÓN Nunnally Johnson

FOTOGRAFÍA Milton Krasner (B/N)

MÚSICA Arthur Lange

DURACIÓN 99 min.

INTÉRPRETES Edward G. Robinson, Joan Bennett, Raymond Massey, Edmund Breon, Dan Duryea, Thomas E. Jackson, Dorothy Peterson, Arthur Loft, Frank Dawson

SINOPSIS El profesor Richard Wanley (Edward G. Robinson), experto en criminología, campo en el que goza de gran prestigio, está pasando una temporada solo en la ciudad después de haber enviado a su mujer y sus hijos a unas breves vacaciones. Antes de entrar en su club se para a contemplar el escaparate donde se exhibe el retrato de una bella mujer. Después de beber más de lo debido con un par de amigos, Wanley despierta en el club y sale a la calle, descubriendo a la mujer que ha servido como modelo al cuadro (Joan Bennett), la acompaña a su casa, donde son sorprendidos por el amante de ella, y el pacífico ciudadano se ve mezclado en un turbio asesinato.

VALORACIÓN 9 (Grandes películas)


El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.

1 comentario:

  1. Hablamos hace poco del cine negro español, que bebía directamente de su homónimo estadounidense. Hoy recuperaremos esas raíces con una de las mejores películas del género.

    Un poco de historia

    El cine negro desarrolló su etapa dorada entre la década de 1940 y 1950. Se define como “cine negro” a las cintas que tratas temas de tipo criminal y delictivo, cuya iluminación, vestuario y fotografía suelen ser de tonos oscuros y donde suele haber entresijos oscuros detrás de los delincuentes (no son simples ladrones o asesinos “porque sí”, por ser malos).

    El director Fritz Lang, de origen alemán y reconocido en su país por su arte expresionista cinematográfico (dirigió, entre otras, Metropolis), huyó a Estados Unidos tras el ascenso del nazismo, y aportó, junto a otros muchos que tomaron el camino del exilio y a otras influencias ajenas al séptimo arte, una nueva estética al cine que acabó creando dicho género.

    Asesino sin proponérselo

    En una de esas noches en las que los caballeros abandonan a sus mujeres e hijos para involucrarse en el arte de sociabilizarse con otros curtidos señores en locales nocturnos, el profesor en criminología Richard Wanley queda prendado de un cuadro que hay en un escaparate, en el que aparece una atractiva dama. Observándolo pierde la noción del tiempo, y cuando se da cuenta, la modelo en carne y hueso aparece ante él, y agradecida por los cumplidos que recibe por la pintura, le invita a subir a su apartamento.

    Pero lo que el profesor Wanley no sabe es que la chica es un poco ligera de cascos y tiene más de una historia oculta. Mientras ambos charlan tranquilamente, el amante de ella hace su aparición y, en un ataque de celos, intenta estrangular a nuestro protagonista, quien no tendrá más remedio que defenderse clavándole unas tijeras en la espalda, lo que provoca la muerte del infeliz.

    El profesor, un hombre prudente que nunca se ha metido en líos, de repente se encuentra con este desafortunado accidente que puede manchar su reputación pues, aunque fue en defensa propia, en el momento del suceso se encontraba en casa de una desconocida, por lo que podría ser acusado de adultero. Así que junto con la misteriosa modelo deciden cubrirse las espaldas mutuamente y hacer desaparecer el cadáver sin dejar evidencias.

    Pero lejos de solventar sus problemas, el asesinato se convierte en una pesadilla cuando la policía le pide su colaboración para resolverlo, siendo experto en la materia. Wanley se encontrará en la encrucijada moral de mentir a las autoridades para salvaguardar su honor.

    Remordimientos ocultos

    La historia consigue que empaticemos con el que, en teoría, adapta el rol de malo. Wanley es el asesino y lo está ocultando detrás de una detallada red de mentiras, pero se ha convertido en ello por accidente, ha sido en defensa propia. Se le ve tenso mientras intenta despistar a la policía con conclusiones falsas, mientras que estos parecen indiferentes y crédulos. No obstante, el profesor es un experto en el campo de la criminología y su registro delictivo está limpio, ¿por qué no iban a hacerle caso?

    Misterio e intriga a niveles muy elevados, un gran film que no se puede uno perder. Con un final totalmente sorpresivo, que quizás para algunos sea un bajón, pero que tiene su significado.

    (James Ruthven: Ruta 42)

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