TÍTULO ORIGINAL Inception
AÑO 2010
PAÍS Estados Unidos
DIRECTOR Christopher Nolan
PRODUCTORA Warner Bros. / Legendary Pictures / Syncopy
GUIÓN Christopher Nolan
FOTOGRAFÍA Wally Pfister
MÚSICA Hans Zimmer
DURACIÓN 148 min.
INTÉRPRETES Leonardo DiCaprio, Ken Watanabe, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Ellen Page, Tom Hardy, Cillian Murphy, Tom Berenger, Michael Caine, Dileep Rao, Lukas Haas, Pete Postlethwaite, Talulah Riley, Miranda Nolan
SINOPSIS Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es el mejor en el peligroso arte de la extracción: roba valiosos secretos desde la profundidad del subconsciente durante el sueño, momento en que la mente es más vulnerable. La excepcional capacidad de Cobb le ha llevado a ser un codiciado jugador en este nuevo mundo de espionaje corporativo, pero también le ha convertido en un fugitivo internacional y le ha hecho perder todo lo que le importaba. Ahora se le ofrece una segunda oportunidad. Un último trabajo podría devolverle su vida anterior si logra lo imposible: insertar una idea en la mente en vez de robarla. Si tienen éxito, Cobb y su equipo de especialistas podrían llevar a cabo el crimen perfecto. Pero ni su cuidadosa planificación ni su experiencia pueden preparar al equipo para el peligroso enemigo que parece conocer de antemano cada uno de sus movimientos. Un enemigo que sólo Cobb podría prevenir.
PREMIOS 4 Oscars 2010: mejor fotografía, sonido, ef. sonoros y ef. visuales
3 Premios BAFTA 2010: diseño de producción, sonido y ef. visuales
3 Satellite Awards 2010: Mejor BSO, fotografía y dirección artística
VALORACIÓN 9,5 (Clásicos imprescindibles)
El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.
DOS DE NUESTROS TERRORES MILENARIOS integran la esencia del nuevo opus de Christopher Nolan: 1. Carecemos de control sobre nuestras vidas, y 2. La realidad tal y como la conocemos no existe. Conciliando los puzles brillantemente diseñados de Memento y El truco final y el caos y la anarquía orquestados por el Joker en El caballero oscuro -el propio Nolan es un Joker, siempre urdiendo planes para jugar con nosotros-, sucede en gran parte en un(os) paisaje(s) subconsciente(s) donde ladrones de mentes libran sangrientos combates para confirmarnos qué fundados son esos miedos.
ResponderEliminarLos sueños que Nolan ha creado no incluyen imágenes surrealistas ni diálogos disparatados ni cambios ilógicos de escena. No son sueños que parecen sueños porque en realidad son una forma de realidad, bien un mundo habitable configurado a base de pensamientos y memorias o bien un refugio, un santuario. En ese sentido, Origen es una deconstrucción de los motivos y los significados que asignamos a nuestra conducta onírica -culpa, evasión, miedo, pena-, y por eso Nolan a menudo nos impide saber la diferencia entre la realidad y los sueños, y los sueños dentro de sueños, y los sueños dentro de sueños dentro de otros sueños. Como Kubrick en 2001 -una de las obras a las que Origen recuerda pese a ser una película totalmente única-, utiliza magistralmente nuestra confusión como una pieza más de un rompecabezas, que encaja perfectamente con todas las demás. Todo significa algo en el relato, tan complicado que Nolan explica constantemente las reglas del juego, en una sucesión de alardes expositivos que, afortunadamente, no empantanan el relato sino más bien avanzan una nueva pirueta u otro quiebro a nuestras expectativas. Establece las reglas de su universo mental y luego se recrea contradiciéndolas o destruyéndolas, convirtiendo sus propias dudas en cuanto a coherencia, lógica o moralidad en herramientas argumentales.
Origen se sustenta en ideas, contagiosas, poderosas, y en cómo éstas configuran nuestra forma de vivir. Por ello, puede parecer una película más admirable que disfrutable, más comprometida con la mente que con el corazón. Tal vez, pero al mismo tiempo, nos muestra cómo París se pliega sobre sí misma, una brutal pelea en una habitación de hotel ingrávida, y, al final, una de las secuencias de acción más increíbles y hermosamente sostenidas que se recuerdan, que ahoga el relato en tumulto y desesperación mientras los mundos se desploman, las cuentas atrás se completan y, en el centro, un hombre roto trata como puede de reparar daños. Por un lado, su infierno personal convierte Origen en la poesía romántica que nutre otras fantasías subconscientes como ¡Olvídate de mí! y La Jetée. Por otro, que luche contra él construyendo sueños es una obvia metáfora de la creación artística misma. Si el cine es algo así como un sueño comunal, Nolan es uno de sus más audaces e inagotablemente inventivos.
(Nando Salvá: Cinemanía)