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miércoles, 1 de diciembre de 2010

El Señor de los anillos: El retorno del rey



TÍTULO ORIGINAL The Lord of the Rings: The Return of the King

AÑO 2003

PAÍS EE.UU.

DIRECTOR Peter Jackson

PRODUCCIÓN New Line Cinema

GUIÓN Peter Jackson, Frances Walsh, Philippa Boyens (Novela: J.R.R. Tolkien)

FOTOGRAFÍA Andrew Lesnie

MÚSICA Howard Shore

DURACIÓN 201 min.

INTÉRPRETES Elijah Wood, Ian McKellen, Viggo Mortensen, Sean Astin, Liv Tyler, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, John Rhys-Davies, Ian Holm, Christopher Lee, Cate Blanchett, Bernard Hill, Brad Dourif, Miranda Otto, Hugo Weaving, Karl Urban, David Wenham, John Noble, Andy Serkis

SINOPSIS Comienza la batalla final por la Tierra Media. Frodo y Sam, guiados por Gollum, continúan su peligroso camino para destruir el Anillo Único en el fuego del Monte del Destino. Aragorn lucha por su legado dirigiendo a sus numerosos seguidores en contra del creciente poder del Señor Oscuro Sauron, para que el Portador del Anillo pueda cumplir su misión.

PREMIOS 11 premios Oscar 2003, entre ellos mejor película y mejor director
4 Globos de Oro 2003: Mejor película dramática, director, BSO, canción original
5 premios BAFTA 2003, incluyendo Mejor fotografía, efectos visuales
National Board of Review 2003: Mejor reparto
Círculo de críticos de Nueva York 2003: Mejor película
Toronto 2003: Mejor director (Peter Jackson)

VALORACIÓN 9,5 (Clásicos imprescindibles)


El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.

1 comentario:

  1. Llega a su fin la trilogía de Peter Jackson, y es hora de hacer balance. Vaya por delante que la tercera parte, la más vigorosamente épica, y la más espectacular de la entera película, es la que mejor deja ver lo que constituye, junto a la portentosa imaginación visual del neozelandés, lo mejor del film, el impresionante dominio del tempo narrativo del cineasta: bifurcada, como Las Dos Torres, en varias subtramas en la que están involucrados personajes diferentes, en las que se alterna lo íntimo con lo colectivo, lo espectacular con lo secreto, el incontenible aliento épico con la debilidad humana, el miedo y la codicia, en ningún momento de este auténtico tour de force, que llega casi a las 3 horas y media, se tiene la impresión de que la materia narrativa pueda con el narrador, de que lo espectacular haga sucumbir el resto de los elementos, complejos y cuidadosamente sopesados, de que está construida su magmático, caudaloso desarrollo.Tiene Jackson el coraje de los grandes directores y la voluntad de llevar a su criatura exactamente allá donde imaginó; de sumergir al espectador, como cuando el cine era aún inocente (¿se dan cuenta de que, a pesar de su galería de monstruos, no estamos ante un discurso posmoderno, que la historia está contada con toda la seriedad de quien se cree lo que cuenta?), en un baño de maravillas, terribles, heroicas, conmovedoras. Y la voluntad de establecer también un discurso sobre la propia aventura: ese final, con un Frodo vuelto a la rutina de su pueblo, y ya mordido para siempre por la insanía de lo aventuresco, y convertido ya, lo intuimos, en un vagabundo de sí mismo, es el mejor cierre posible para una película monstruosa, sobrehumana, admirable. Tardaremos mucho en volver a ver una película tan impresionante, punto de llegada y frontera a superar en el futuro; uno se siente tentado a afirmar que, tras este broche impecable, estamos en El Señor de los Anillos ante una de las películas de aventuras más espectaculares e impactantes de toda la historia del cine.

    Para tolkianos de pro y cualquier otra criatura del universo.

    Lo mejor: el dominio del tempo narrativo de Jackson en la entera trilogía.
    Lo peor: que no haya una cuarta parte.

    (Mirito Torreiro: Fotogramas)

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