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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Gladiator (El gladiador)



TÍTULO ORIGINAL Gladiator

AÑO 2000

PAÍS EE.UU.

DIRECTOR Ridley Scott

PRODUCTORES David Franzoni, Branko Lustig, Laurie MacDonald, Terry Needham, Walter F. Parkes, Douglas Wick, Ridley Scott

PRODUCCIÓN Universal Pictures / Dreamworks Pictures / Scott Free Productions

GUIÓN David Franzoni, John Logan, William Nicholson (Argumento: David Franzoni)

FOTOGRAFÍA John Mathieson

MÚSICA Hans Zimmer, Lisa Gerrard

DURACIÓN 150 min.

INTÉRPRETES Russell Crowe, Joaquin Phoenix, Connie Nielsen, Oliver Reed, Richard Harris, Derek Jacobi, Djimon Hounsou, David Schofield, John Shrapnel, Tomas Arana, Ralf Moeller, Spencer Treat Clark, David Hemmings, Tommy Flanagan, Sven-Ole Thorsen, Tony Curran

SINOPSIS Máximo (Russell Crowe), General de las Legiones Romanas, es querido por todos, incluso por el César, Marco Aurelio (Richard Harris), que antes de morir le elige a él como sucesor dejando de lado a su propio hijo, Cómodo (Joaquin Phoenix). Cómodo movido por el odio prepara una conspiración contra Máximo, le condena a él y su familia a muerte. Máximo intentará salvar a su mujer y su hijo pero cuando llega es demasiado tarde, Cómodo se le ha adelantado. Máximo volverá a Roma como gladiador en busca de venganza.

PREMIOS 5 Oscars 2000: Mejor película, mejor actor (Russell Crowe), vestuario, sonido, efectos visuales
2 Globos de Oro 2000: Mejor película dramática, BSO
5 premios BAFTA 2000, incluyendo mejor película, fotografía, montaje
2 premios National Board of Review 2000: Mejor diseño de producción, actor secundario

VALORACIÓN 9,5 (Clásicos imprescindibles)


El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.

1 comentario:

  1. El peplum ha vuelto. Como todo buen aficionado sabe, nunca se fue. Pero ha vuelto a sus raíces latinas: el cine de romanos. ¡Y qué manera de volver! A lo bestia, con sensibilidad netamente moderna, con descaro, violencia y epicidad de tebeo y pulp fiction. Y sin cristianos, gracias a Dios. Gladiator es un espectáculo adrenalínico y esteticista que reconcilia a cualquiera no solo con Scott (si hacía falta), sino con el cine de acción y aventuras. Porque, no nos engañemos, Gladiator no es cine histórico. Es una genuina fantasía (heroica) romana. Un auténtico spaghetti-peplum, con estética tomada prestada tanto de los pintores victorianos y pompiers como del tebeo francobelga y la ciencia ficción apocalíptica a lo Mad Max. Una aventura trepidante que se inicia con el leit-motiv de la venganza al más puro estilo western italiano, y deriva después hacia la tradición del torneo de artes marciales de Hong-Kong. Se le añaden unas gotas de intrigas palaciegas, un emperador cruel e incestuoso y unas cuantas frases shakespeareanas, y el cóctel está listo para ser lanzado sobre el espectador en alas del brillante, brutal y sofisticado estilo visual de Scott. Que es lo importante. Junto a los hombres semidesnudos, cubiertos de exóticas armaduras y yelmos, sudorosos y ensangrentados, que siempre han sido la verdadera razón de ser del peplum. Nunca los gladiadores habían luchado así. Nunca la sangre había salpicado así (salvo quizás en las páginas del libro Those about to Die, del historiador pulp Dan P. Mannix, posible fuente de inspiración del film, y en las del último Frank Miller, volcado también al peplum). Nunca Russell Crowe había estado tan cachas ni había sido tan digno y noble. Y todo por la grandeza de Roma, como si resucitaran los tiempos de (que Júpiter Capitolino me perdone por decirlo) DiAnnunzio o Alessandro Blassetti. Desde luego, Gladiator es solo pan y circo. Pero que me den más pan y circo y menos Gran Hermano, por favor. Lo mejor: todos los combates. Lo peor: que hayan cortado más de 12 minutos de violencia. (Fotogramas)

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