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lunes, 3 de septiembre de 2012

Metrópolis



TÍTULO ORIGINAL Metropolis

AÑO 1927

PAÍS Alemania

DIRECTOR Fritz Lang

PRODUCTORA U.F.A.

GUIÓN Thea von Harbou

FOTOGRAFÍA Karl Freund, Günther Rittau (B/N)

MÚSICA Bernd Schultheis, Gottfried Huppertz

DURACIÓN 153 min.

INTÉRPRETES Gustav Fröhlich, Brigitte Helm, Alfred Abel, Rudolf Klein-Rogge, Fritz Rasp, Theodor Loos, Heinrich George, Fritz Alberti, Grete Berger, Heinrich Gotho, Georg John, Olaf Storm

SINOPSIS METRÓPOLIS se estrenó en Berlín el 10 de enero de 1927 y dos meses más tarde en Nueva York en una versión reducida. A partir de entonces se exhibió en montajes tan diferentes como su duración o la banda sonora que le acompañaba. Su visión futurista de la sociedad junto a los diseños de Otto Hunte, Erich Kettelhut y Karl Vollbrecht, las esculturas y robots de Walter Schulze-Mittendorf y los efectos de Eugen Schüfftan fueron cruciales para el éxito de la película.

VALORACIÓN 9,75 (Obras maestras)


El material gráfico de esta película es de sus respectivos propietarios, distribuidora y productora.

1 comentario:

  1. METROPOLIS

    Hay realmente muy pocas películas que superen con dignidad el paso de los años. Y nada menos que setenta y cuatro han cumplido ya para "Metropolis", que en versión magníficamente restaurada fue ayer proyectada dentro de la sección oficial con motivo del homenaje a su director, Fritz Lang.

    Siempre que se reestrena algún gran clásico, no puedo más que palidecer de envidia cuando alguien acude por primera vez a verlo en pantalla grande. Me pasó con "El exorcista" y me pasará con "2001: una odisea en el espacio", pero con "Metropolis" yo estaba precisamente en la posición privilegiada. Además, con el aditivo de estar orquestada en vivo y en directo por la filarmónica de Berlín, que, perfectamente coordinada, ofreció una interpretación apasionante. Vamos, un auténtico lujo que me hizo salir absolutamente fascinado de esta experiencia.

    "Metropolis" es una película muda, rodada con medios rudimentarios, sin embargo, continúa siendo una de las películas artísticamente más impecables de todos los tiempos, ya no sólo por la buena utilización de las técnicas, sino porque derrocha una fantasía abrumadora. Cada escena es toda una obra de arte por su perfecta combinación de iluminación, fotografía, rocambolescos decorados y magnífico montaje. Desde ese edén prefabricado -con claros ecos del paraíso que El Bosco retratara en su Jardín de las Delicias- hasta esas fábricas monumentales inspiradas en el antiguo Egipto, pasando por esa revisitación del mito de Frankenstein que es la mujer máquina, "metropolis" o el pánico de "Alicia en el País de las Maravillas", "Metropolis" nos ofrece una impresionante sucesión de escenas absolutamente memorables. La pelicula se mantiene, durante sus dos horas y media, en un imparable clímax que deja al espectador clavado en la butaca.

    Asimismo, resulta cuanto menos curioso el observar cómo ha evolucionado el cine. El cine mudo, con sus gestos viscerales, sus exageradas poses, sus acelerados movimientos... Una idea de la cinematografía completamente diferente, pero que posee un encanto indiscutible.

    Además, su argumento es, pese a su desarrollo algo ingenuo para nuestros días, de una complejidad y profundidad asombrosas, abordando el mismo tema que "Tiempos modernos" de Chaplin, pero con una perspectiva absolutamente diferente. Lang comienza con una dura crítica al capitalismo y su mecanización de la sociedad. Cómo el hombre está siendo víctima del trabajo, cómo el inventor de todo este tinglado no se ha dado cuenta de que lo que realmente ha creado es un instrumento en el que los más inútiles son los que acaparan toda la riqueza, mientras los trabajadores sudan en sus puestos. Más tarde aborda otro gran tema como la religion. Nos habla de fanatismos, de la necesidad de encontrar un líder en el que arroparnos y en el que justificar nuestras acciones. Tambien el egoísmo es blanco de tiro en "Metropolis", la rivalidad amorosa, el fetichismo, el jugar a ser Dios y, en definitiva, la naturaleza humana. Cuando estábamos asistiendo a una especie de revolución marxista, finalmente, Lang abre una puerta a Rousseau y su "Contrato Social" al romper una lanza a favor del diálogo y el entendimiento.

    La dirección de esta mastodóntica producción es, sencillamente, espectacular. Claro que a veces se dejan ver las maquetaciones, pero, señores, estamos hablando de 1927. Sin duda, ésta es la mayor obra maestra del director alemán, que aunque luego supo rehacer una interesante carrera en Hollywood como maestro del cine negro, nunca alcanzó los niveles de audacia, esplendor y grandiosidad de esta obra imperecedera llamada "Metropolis".

    (Mateo Sancho Cardiel: LaButaca - 51ª Berlinale)

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